
Amigos, aquí estoy otra vez en la gran familia que componen todos los miembros de esta web para compartir con vosotros esta publicación.
Por fin empezamos la temporada. Qué ganas tenía ya. He tenido la gran suerte de ir el primer día y dar con ellas ¡INCREÍBLE!.
Como os imaginareis, y como todos los años, planeando la primera salida a por doradas durante un mes. Buscando las mejores condiciones entre temporal y temporal (ahora le llaman ciclogénesis explosiva jajaja… ). Y llegó el día, viento del sur, tormenta, y muy importante: subida de la temperatura mínima.
Como siempre, toda la noche sin dormir de los nervios que me produce la apertura de la temporada. El coche cargado del día anterior, con cañas, carretes, bolsa, cebos…en definitiva todos los bártulos necesarios. A las seis de la mañana ya no aguantaba más en cama y me fui hacia la lancha para preparar todo, aunque la marea no empezaba hasta las once. Pero es mejor hacer todo despacio, aunque iba sobrado de tiempo.
Llegué al pesquero, lance las cañas, y me desparecieron los nervios. Ya estaba, por fin haciendo lo que más me gusta. Ahora a esperar entre lluvia, sol y viento. Una climatología muy cambiante. Pero no me imaginaba que daría con ellas. Como decimos en Galicia «chegar e encher».
Cuando me di cuenta, ya tenía una clavada, de poco porte, pero era una dorada y sólo con verlas ya es increíble. Al agua con ella y a montar otra vez. Estaba pescando con cangrejo y es raro pero tenía ataques de sargos, aunque con los cangrejos que uso clavarlos es muy complicado. Aun así saqué cuatro sargos muy chulos. Decidí cambiar de pesquero y alejarme de la zona mixta donde estaba por una zona de arena. Los sargos me estaban destrozando los cangrejos.
Eché el ancla de proa y popa, cambié el color de los plomos por los naranja flúor , ya que empezaba a llover y el día se puso oscuro. No acabo de entender qué pasa con este color de plomo, pero las pruebas están ahí (Ver post: http://www.eltanerofishing.net/dos-doradas-fluorescentes-seguidas/). A la media hora tenía un aparato clavado que no veáis que pelea me dio, llovía a cantaros pero no me importó nada. Después me entró otra de unos dos kilos que se fue por donde vino. Y cerca de la pleamar noté un leve toque en uno de los punteros, cogí la caña, y tardó un tiempo en volver , pero ¡cómo volvió! Una clavada descomunal y otra pelea brutal, de otro ejemplar precioso.
En esta época del año es muy difícil ver ejemplares así de gordos y con tanta fuerza. Suelen estar delgadas y no pelean tanto. Es más normal en el final de temporada, no ahora. Lo que me lleva a pensar que estas doradas no abandonaron la costa nunca. Esto lo hacen cuando en la época de comida, no son capaces de alimentarse lo suficiente para acumular las grasas que necesitan para ir a mar abierto.
No sé si esto es cierto o no pero lo que sí sé, es que he tenido una apertura de temporada espectacular. No recuerdo empezar una temporada de esta manera con dos ejemplares brutales. Sólo pido poder seguir así toda la temporada, porque cada vez es más difícil poder capturar ejemplares de este porte. Esto en parte se lo debemos a toda esa gente de las altas esferas que dan permisos para poder echar redes dentro de las rías. Es decir, el único sitio en todo ¡EL MUNDO! de aguas salobres sin proteger. Y después hay que escucharlos decir que aman Galicia. Pues yo digo indistintamente del partido político al que pertenezcan ¡QUE OS DEN!
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