
Pescadores!! Eso es lo que somos, primero personas eso sí….pero pescadores, esa es la esencia que nos define, apasionados de la pesca, enfermos de la pesca, drogadictos de la pesca o pescadictos, defínase como se quiera, pero todos tenemos en común que la mayoría de los días nos despertamos y nos acostamos pensando en este enfermizo deporte.
Lo máximo que un pescador puede pedir es realizarse como tal, cumplir sus sueños, pescar esos peces que ansía y si son de buenos tamaños mejor, compartir la afición con otros pescadores, ¿Por qué no? escribir en revistas especializadas, algo difícil de pensar grabar reportajes televisivos y ¿Por qué no? tener una web en la que unir a todos sus amigos y conocidos de pesca, en la cual compartir muchas de las vivencias que hayan transcurrido a lo largo de sus vidas, ya sean en conjunto o por separado.
Por último lo más grande que puede pasarle a un pescador es tener un hij@, que este salga aficionado a la pesca y encima que te acompañe en tus jornadas……bien pues esto me ha pasado en parte, lo que todavía no se si mi hijo Hugo se aficionará a la pesca y llegará a acompañarme.
Pero el destino fue muy generoso conmigo ya que antes de tener mi primer hijo biológico este me regalo uno que ya desde hace mucho tiempo crece y aprende junto a mí, me enseña y me acompaña hace años.
Veréis esta historia comienza hace 14 años cuando mi madre decida comprar un pisito en Rota, allí íbamos los fines de semana a pasar el rato de playa y es donde mi afición al surfcasting nació verdaderamente y es posible que el protagonista de esta historia que hoy comparto con ustedes tenga parte de la culpa de que haya llegado en parte a engancharme tanto a esta modalidad de pesca.
Ya el primer fin de semana que llegué a Rota, mi madre me dijo que si pensaba bajar a pescar, evidentemente le dije que si, a lo que ella me contestó….pues veras, la vecina de arriba “Mari” tiene un hijo al cual le gusta mucho la pesca, pero no tiene nadie con el que ir, así que por qué no te lo llevas.
Yo rápidamente le pregunté ¿Qué edad tiene? Y ella me dijo 6 para 7 años……..y me dije “veras la que me va a dar el monicaco en la playa”, pero bueno como a mí personalmente siempre me había gustado la pesca y me daba mucho coraje cuando mi tío Miguel se iba sin mí, decidí llevármelo, entonces le dije a mi madre que vale que me lo llevaría.
Dicho esto le dije a mi madre que bajaría al coche a recoger algunas cosas que se habían quedado allí. Tarde cinco minutos en subir y nada más entrar sonó el timbre, abrí la puerta y allí me encontré a un niño pequeño con cara de cordero degollao, negruzco del sol y los pelos rizados llenos de caracoles, con una cara de travieso que ni os podéis imaginar. Este individuo era DANIEL SEGARRA…..todo un personaje por aquellos entonces os lo puedo asegurar.
Allí entró el a la casa como si fuera suya y empezó a preguntar todo tipo de cosas y dudas que tenía a medida que yo preparaba el equipillo que gastaba en aquellos años. Al día siguiente fui a comprar cebo y esa noche me escapé a pescar. Como todavía era muy pequeño, cuando la noche llegó, su madre bajo a buscarlo y el evidentemente no se quería subir.
Así pues durante varios años esta fue la tónica de las jornadas de pesca, se bajaba conmigo a echar las noches de pesca a la playa del Almirante, allí rápidamente iba aprendiendo todo lo que yo iba progresando con el tiempo y en pocos años era capaz de ayudarme en todos los montajes, encarnados de cebo y poco a poco iría cogiendo tamaño y fuerza para empezar a lanzar las cañas, que si para mí suponía un problema imaginaros para él.
Las broncas con su madre por quedarse todo la noche pescando conmigo eran continuas, pero claro todavía no tenía edad para eso, y los días que antes de que se subiera ya habíamos pillado alguna dorada, lo pasaba
fatal al tener que irse para arriba, subía todo el camino protestando y discutiendo con su madre.
Al día siguiente siempre al levantarme, mi madre me decía “ha venido el Dani a buscarte unas pocas veces” y rápidamente lo llamaba a su casa para que bajara a ver la pesquera de esa noche, si es que no llamaba al timbre antes claro está.
Poco después conseguí sacarme el carnet de conducir, así que claro está le pedía permiso a Mari para llevármelo de pesca a otros pesqueros fuera de Rota y por supuesto por el encantado. Fue entonces cuando llegó la época de los castigos, ya que el chavalín no era muy diestro en eso de los estudios y a veces por culpa de eso no lo dejaban acompañarme. No obstante como le gustaba tanto y como yo solo iba por allí durante el verano aún así lo dejaban venirse a pescar.
Salíamos todos los fines de semana que yo iba por allí, quedábamos a una hora bien temprano y aunque yo estuviera cansado las ganas de salir de pesca hacían que no me amorrara y nos escapásemos en muchas ocasiones y pasáramos muchos momentos memorables.
Ya al tiempo me iba costando más trabajo levantarme temprano para salir de pesca y es ahí donde Dani me ayudaba a no apalancarme, ya que tenía siempre un compañero que tocaba en la puerta antes incluso de que mi despertador sonara. Entraba en la casa y me ayudaba a llenar la nevera y preparar chismes además de bajar los tiestos por la escalera para cargar el coche.
El tiempo siguió pasando y todos los años estábamos esperando que el verano llegara para echar unos buenos ratos de pesca por las playas que tantos buenos ratos e inolvidables momentos nos han hecho vivir juntos y donde hemos aprendido tantas cosas, que hoy en día seguimos comentando en muchas de las jornadas que compartimos.
Así pues el mozo siguió creciendo, tema estudios “sin comentarios”, tema pesca a la perfección, tema fútbol igual ya que seguía con sus entrenamientos en los que daba la talla, y pronto se pondría hecho un chaval, capaz de lanzar, encarnar, montar aparejos, sacar peces y leer perfectamente todo lo relacionado con esta modalidad de pesca.
Jornada tras jornada encontramos muchos y buenos pesqueros donde buscar buenas doradas, así que como siempre bien temprano, sonaban los golpes en la puerta que decían que Dani ya estaba preparado para dar guerra a píe de playa y salíamos una tras otra, jornada tras jornada en busca de las doradas, hasta que por fin en una de las que se nos dio, después de realizar el día anterior una pesquera memorable, Dani se decidió a sacar una buena pieza y dejó el miedo a perder una captura y no solo lo hizo quitándose ese miedo que tenía a que esta se escapase, sino que lo hizo a la perfección, solo delataba que era su primera gran dorada el tembleque de manos que tenía……… eso sí no cabía dentro del pellejo!!
Como os podéis imaginar, ese momento de satisfacción personal no tiene precio, esa alegría y esa cara de entusiasmo nunca se olvida, es algo que forma parte de mi formación como pescador y es una de las razones por las que día de hoy siga transmitiendo los conocimientos que he adquirido en este deporte…..hacer feliz a alguien no tiene precio y si encima forma parte de tu vida como pescador ya ni os cuento, es para sentirse orgulloso de ese pescador.
Ese fue el principio solo amigos, ese fue el trampolín que lo catapultaría a ser uno de los mayores aficionados a este deporte que conozco, pero además y lo mejor de todo es que es uno de los más sanos pescadores que me he echado a la cara, con muchas virtudes entre las cuales destacaría la alegría que le da ver a otro pescador sacar un pez a su lado, ser muy insistente, tener siempre grandes expectativas en las jornadas de pesca, ser noble, humilde, ser paciente y sobre todo muy metódico.
En poco tiempo sería imprescindible en mis salidas de pesca ya que yo estaba en muchas ocasiones muy cansado del trabajo y él era el empujoncito que me hacía falta para no quedarme en casa y seguir trabajando y consiguiendo metas.
Ya llegamos a la etapa adolescente, en esta las niñas y el fútbol lo apartarían un poco de la pesca, pero poco después todo volvería a la normalidad y Marina (su santa novia) me lo dejaría de vez en cuando para llevármelo de pesca.
Todo siguió encauzándose y empezó un módulo, en el cual se veía bastante más implicado lo que era una buena noticia, ya que su desinterés por los estudios nos tenía a todos preocupados y parecía que el estudiar algo que le gustaba lo hacía obtener mejores resultados escolares.
Evidentemente en la pesca todo seguía viento en popa y seguí creciendo como pescador, con las limitaciones económicas que un adolescente tiene, sobre todo para hacerse con un equipo propio decente y no tener que limitarse a darle fuerte solo cuando estábamos pescando juntos.
Ya pronto vendría a realizar algún reportaje televisivo conmigo además de haber salido claro está en multitud de reportajes en revistas, ya que su tesón lo hacían estar en todos los fregados en los que me veía metido y claro está que ha sido autor de muchas de las imágenes que he compartido con todos vosotros.
Así pues, un verano al volverme de las vacaciones le hice una promesa, le dije que si aprobaba el curso escolar le regalaría su primer equipo de pesca, a lo que él me respondió “pues ve preparándolo”. Y así fue, ese año aprobó el modulo y me dispuse a prepararle el equipo de surfcasting, creo que con más ilusión que si fuera para mí, con la ayuda de Fernando (su padre).
Ese día lo llamé y vino a mi casa de Rota, no se esperaba lo que estaba a punto de pasarle y cuando llegó vio un tubo apoyado en la entradita de la casa, lo miro y no le echo cuenta. Cuando entró estuvimos hablando un rato y le dije que se llegara a la habitación a traerme una caja que estaba encima de mi cama, como siempre el fue por ella tan servicialmente como me tiene acostumbrado.
En la caja ponía “PARA DANIEL SEGARRA”, el rápidamente llegó al salón justo cuando Mari,(su madre) entraba por la puerta. Este llegó al salón y dijo ¡¡ESTO QUE E SHIQUILLO!! Y empezó a abrir la caja. Jajajajajajajajaja nos pegamos un lote de reír cuando empezó a sacar materiales de la caja…….ya con los carretes se le saltaron las lagrimas y por último cuando vio el tubo de cartón donde venían sus cañas es cuando los ojos se le cayeron por el suelo del salón de lo que los abrió.
Ese fue uno de los mejores momentos que me ha regalado la pesca, ese y cuando fuimos a estrenarlo a la playa, no se me olvidará nunca. Esa fue una de las recompensas que obtuvo por ver este deporte como parte de su vida y hacerme a mí entenderlo así en gran medida.
A día de hoy amigos puedo deciros que Dani es aún mejor pescador de lo que yo había pensado que podía llegar a ser, ha variado un poco su actividad pesquera y disfruta de la pesca encima de una zodiac, donde realiza pescas buenísimas y donde este año me ha hecho disfrutar de lo lindo.
Este año hemos disfrutado mucho juntos pescando doradas desde esa pequeña zodiac de 2,30 m, apenas un butacón flotando en medio del mar, pero suficiente para pasar muy buenos momentos, hacer buenas pesqueras y disfrutar de largas charlas que luego echamos de menos a lo largo del invierno, temporada en la que solemos estar más distantes físicamente, aunque estemos en contacto constante.
Las playas también nos han mantenido ocupados, buenos ratos hemos echado también con los pies en la arena, aguantando levanteras, largas esperas y caminatas tras las doradas que nos unieron antaño y las que nos mantienen juntos en la actualidad. Si lo llamo para salir a pescar por Huelva o Portugal, no duda en venirse a Sevilla, echar el día de pesca y volver a su casa como y cuando sea, algo dice esto de su afición.
Además para finalizar el año la pesca me ha regalado un gran momento, la oportunidad de cerrar un reportaje con Dani, en el que todo salió a pedir de boca, todo salió según lo planeado, todo salió bien sin entrenarlo y este duo de inseparables pescadores hicieron lo que mejor saben hacer, pescar juntos, entenderse con solo mirarse, disfrutar uno del otro, disfrutar de la pesca y que todo esto quedara plasmado e inmortalizado en un bonito reportaje con más de 30 capturas de dorada, doradas de discreto tamaño, pero los suficientemente buenas para dejarnos destripados y satisfechos por plasmar la esencia de este deporte y disfrutar juntos de algo que nunca olvidaremos.
Ahora forma parte de este equipo de amigos que componemos esta web, este equipo que espero de corazón que siga creciendo, tanto en número de componentes como en la calidad de los mismos, ya sea por que vayan aprendiendo, evolucionando, encontrando trabajo, aumentando sus posibilidades o lo que quiera que sea, pero estoy seguro que Dani pronto nos deleitara con buenos reportajes y entonces os acordaréis de por qué he escrito esta historia y veréis que merece la pena.
Tengo la esperanza de que Hugo se aficione a este deporte, y es más estoy casi seguro que lo hará, ya que cuando vamos a Rota de veraneo, parece que la historia se repite y es esta vez el destino el que hará que un niño pequeño de apenas tres años y medio se pegue a un chaval de veinte, al que adora y al que esta deseando ver nada más llegar a la casa de la playa de su abuela, ya que Dani es para él su gran amigo igual que para su padre.
Estoy seguro que esta historia se repetirá, se repetirá exactamente igual ya que este gaditano es ya parte de esta familia, lo es ya y creo que entró en ella hace 14 años desde el mismo momento que tocó el timbre del piso donde este verano jugará con Hugo en el salón.
Estoy seguro que este no será el último reportaje que veréis de Daniel, espero poder escribir alguno más, espero tener que maquetar alguno que el comparta con ustedes y sobre todo espero que en un futuro próximo en los repoRtajes salgan mis dos hijos, el biológico y el postizo, disfrutando juntos de la pesca, este sería para mí un sueño hecho realidad.
Sin más me despido de todos ustedes , espero que os haya entretenido este reportaje, que os haya dado a conocer esta historia que bajo mi punto de vista es una de las mejores cosas que te regala la pesca, los amigos, que aunque tengo la suerte de tener muchos amigos de pesca, amigos de una vida entera se tienen pocos.
Un abrazo fuerte Dani, gracias por estar ahí siempre, crecer junto a mí, hacerme crecer con tu apoyo y espero que sigas llamando a mi puerta durante muchísimos años y no dudes que en breve será Hugo el que llame a la tuya.
TU SEGUNDO PADRE: HG
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