
Buenas de nuevo amigos, ya estamos en pleno apogeo y los días de aguas movidas no se pueden desaprovechar. La época buena para este animal y cuando más se deja acercar a las orillas dura apenas tres meses y no siempre se dan las condiciones idóneas para ir a buscarlos, así que habrá que apañárselas y sacar hueco de donde podamos para ir a echar nuestro ratito de pesca.
En esta ocasión, la salida sería en solitario ya que después de hablar con alguno de los compañeros con los que suelo salir de pesca no podían escaparse.
Como de costumbre, después de la salida del trabajo preparé unos buenos bocatas para la merienda, buen choco de cebo y poco mas, suficiente para echar unas horitas de pesca.
LLEGADA AL PESQUERO…
Después de pasar por varios pesqueros decidí plantar mis cañas en un lugar tranquilo y alejado de los demás pescadores de la zona, el agua no estaba todo lo movida que esperaba pero en fin, el gasto de gasolina estaba hecho y los bocadillos no iban a ir de vuelta a casa…¡Eso seguro!.
Sin más monté las cañas para intentar tenerlas en el agua antes de que cayera el sol y planteando más o menos también la hora de recogida porque al día siguiente había que volver a madrugar.
LARGA ESPERA…PERO BUENA RECOMPENSA…
La hora fijada para recoger serian las 22:00 de la noche, llevaba ya 3 horas pescando y aun no se había señalado nada, los cebos salían intactos, las cametas pescaban a la perfección no había ningún tipo de lio en las líneas y por no haber no había ni peces!
Faltaba media hora para empezar a recoger y decidí revisar las cañas para asegurarme de que los cebos venían bien y de lo contrario ponerle otra nueva tira de choco para echar el resto del tiempo que me quedaba.
Comenzando a recoger la primera caña para revisarla miro hacia el lado y veo una de las otras dando pequeños tintineos, en ese momento dejo de recoger y enfoco bien con la linterna porque no sabía si era la corriente o era alguna pequeña picada, cuando de momento empieza a doblarse sin piedad, suelto la caña que estaba recogiendo en el cañero dejándola a medio camino y me pego la carrera a la que estaba doblando como un arco.
Cuando llegué a ella estaba soltando hilo, sin pensarlo la cogí y…no tenía pinta de ser malote, la lucha no fue nada descomunal mientras venia hacia la orilla pero una vez allí me dio las del pulpo, cuando metía el puente en el carrete volvía a dar carreras hasta sacarlo nuevamente, así una y otra vez hasta que cedió un poco y aprovechando una de las olas salió un gran robalo, un precioso animal y con algo de sobrepeso jejeje, estaba inflado de huevas.
JORNADA CONCLUIDA…
Era el primer gran robalo de esta temporada invernal, así que con una sonrisa de oreja a oreja llamaba a mi compañero y amigo de pesca Raúl, que no pudo venir en esta ocasión y al amigo Humberto para contarles la batallita del bichejo.
Ya no dio tiempo a mas, algunas fotos ayudado por el temporizador de la cámara y directamente empecé a recoger que ya se hacía tarde y había que coger carretera para llegar a casa.
Un saludo a todos y buena pesca.
Os veo en la próxima salida!!
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