
Buenas amigos!! De nuevo una vez más delante del ordenador para intentar transportaros en una de nuestras salidas de pesca a la orilla de la playa, de nuevo a intentar desvirtuar la realidad y pasar algo de calor en estos fríos días de invierno.
En esta ocasión me gustaría explicaros una de las cosas que hace tan bonito este deporte sobre todo cuando lo realizamos con buenos amigos o buenas compañías ya que este verano pasé gran parte de mi tiempo saliendo a pescar por Cádiz con algunos de mis mejores amigos y claro está que echaría muy buenas jornadas de pesca.
Cuando empezamos a salir de pesca este verano mi colega Dani y yo, empezamos directamente con un ritual que se repite año tras año, al que yo llamo el “TUYA MÍA” y no es más que desde que lanzamos las cañas, las picadas las vamos atendiendo una cada uno según se vayan sucediendo, da igual quien haya lanzado la caña a no ser claro está que el otro compi esté en otros menesteres que le impidan atender la picada.
De este modo muchas veces Dani saca peces en cañas que yo he lanzado y viceversa, cosa lógica si consideramos que solemos trabajar en equipo, pensamos y actuamos como tal. Así pues, una vez más salimos a pescar un día de fuerte viento de levante, nos reunimos en el pesquero con nuestro colega Chico y nos preparábamos para pasar un buen día de pesca.
Ya al amanecer parecía que el viento de levante no tardaría en dar la cara, pero claro está que esas primeras horas de luz en las que las orejas todavía no nos picaban habría que aprovecharlas e intentar sacarle partido a ese momento de tranquilidad y magia que es siempre el amanecer.
Aunque las condiciones estaban inmejorables, no parecía haber ningún signo de actividad, aunque el agua estaba perfecta, no había roamen, las tragaderas pescaban correctamente, simplemente no había pescado.
Ya metidos en media mañana una de las cañas se quedó totalmente recta, la más alejada de todas parecía que estaba lanzada hacia la arena en vez de hacia el mar ya que estaba tan destensada que el puntero apuntaba hacia atrás.
Rápidamente me acerqué a ella y tras tensar y sostenerla firmemente su puntera empezó a cabecear, signo inequívoco de que una listilla de los fondos estaba al otro lado de la línea y que en ese preciso momento empezaría de nuevo el ritual de recuperación con el que tanto disfrutamos.
Por la batalla que estaba presentando no parecía ser del todo maleja, y poco a poco se acercaría a la orilla, nada más tocar arena con la barriga se puso las pilas y empezó a presentar algo más de resistencia aunque no tardaría mucho en quedar varada de lado en la arena.
Rápidamente Dani empezó a realizar una revisión de todas las cañas para comprobar que todas estaban pescando y tras volver a lanzarlas todas incluso en la que habíamos realizando la captura, la espera volvió a comenzar.
A lo lejos se podía ver un barco grande que parecía estar regando el mar, jajajajajajajaja vamos que no teníamos ni idea de que era exactamente lo que estaba haciendo, pero soltaba un gran chorro de agua. Por otro lado los trasmalleros revisaban un arte que tenían echada, pero esta vez sí que estaban gracias a dios algo alejados de la costa, a lo que no estamos demasiado acostumbrados, ya que como sabéis mucho de ustedes no suelen respetar las distancias legales.
Aunque el día seguía estupendo y solo el viento de levante nos incomodaba algo, ningún pez más dio la cara, así que decidimos recoger e irnos a descansar un poco después del madrugón. Evidentemente y como solemos decir siempre nos damos por satisfechos solo con que una de estas preciosidades nos alegre el día y creo que siempre firmaríamos coger una pieza cada vez que salimos de pesca.
Poco tardamos en volver a escaparnos, algunos días después parecía que el parte daba bastante bueno y mi colega Marcos tras una llamada me confirmó que el agua estaba “linda” como él suele decir. Así pues bártulos al coche y caminito de belén……en poco tiempo estaríamos pescando y disfrutando de otro día de levante, esta vez algo más desagradable.
En esta ocasión se uniría a la excursión mi colega José Cossio, además de Chico que nos esperaría en el pesquero. El agua de nuevo estaba estupenda y claro está que nuestras expectativas estaban por las nubes, ya que todo lo que podíamos pedir meteorológicamente hablando estaba donde tenía que estar.
El amaneces pasó sin pena y sin gloria, ya que no tuvimos el más mínimo indicio de actividad lo que nos mosqueaba un poco y empezamos a pensar que los trasmalleros estaban dando caña por allí, no obstante justo en la pleamar una de las cañas de Chico marcaba una preciosa picada y nos haría despertar y espabilarnos.
La picada fue colosal y no paraba de arrancar metrillos de hilo al carrete de Chico y dejaría con lumbalgia la Hybrid que había doblado con tanta violencia y que mantendría tensa durante la larga y dura batalla que presentó.
Así que esto nos hizo activarnos, abandonar el bienestar butaquero y ponernos a revisar y meter todo tipo de actualizaciones gusaneras a nuestras tragaderas. Aunque el viento de levante era bastante fuerte, decidí quitar una bobina de 0,18 mm con la que estábamos pescando y meter una de 0,15 de GAMMA, cambio que realizó mi compinche Daniel, mientras un servidor “engusanaba” un CHINU RING del nº4 con una buena catalana made in LEADERPESCA.
Así afrontaríamos el principio de la bajada con gusanos nuevos, ya que este es un buen momento de actividad y agotaríamos nuestros últimos cartuchos. El viento de levante empezaba a dar un poco más la coña y ya se hacía algo más insoportable, por lo que me di un garbeo a la arena seca donde habíamos dejado los chismes. Cuando me di cuenta las chanclas que las acababa de subir hacia menos de 5 minutos estaban casi enterradas y la funda por el estilo, así que las movimos un poco y a estar de nuevo atentos a las cañas.
El fuerte viento ya hacía que las crestas de las pequeñas olas que había se rizaran y el agua de rompiera en sentido contrario a estas y a la misma vez dificultaba a los charrancitos la tarea de atinar cuando se tiraban a pescar sus presas en escasos dos palmos de agua.
Hablábamos José, Chico y un servidor , mientras Dani reposaba plácidamente en el trono real chateando por el móvil, supongo que contando mentirijillas en los grupos de colegas de pesca. El viento zamarreaba los punteros de las cañas cada vez con más violencia cuando de repente una de las cañas, precisamente a la que acababa de cambiar la bobina y un servidor acababa de lanzar se arqueó y dejo de moverse para quedarse haciendo la muestra como si de un perro de caza se tratase!! Oju oju!! Perro de muestra, agotando los cartuchos….voy a dejar de ir por ese lado que aquí nuestro colega Chico le pega a todos los palos y tiene que estar que se tira de los pelos.
Así que nuestro colega Daniel que parecía estar concentrado en los chats, dio un respingo del trono presidencial y se tele transportó a la verita de la caña y mirando hacia el puntero, rápidamente se volvió miró hacia nosotros y sonrió antes de coger la caña y decir esta me toca!!
Poco después estaba enfrascado en una bonita pelea con lo que parecía ser una pieza bastante peleona y que estaba brindando un bonito momento a Dani, agradeciéndole el madrugón y el estar allí aguantando el vientuqui que estaba bastante malusco.
Ya en la orilla la dorada se defendió con aletas y dientes…porque lo de uñas como que no viene a cuento, pero claro está que en breve entregó la cuchara y quedo en arena seca para que Dani la levantara e inmortalizara el momento en la retina de un servidor y a través de la lente de la cámara que fue testigo de este bonito momento.
Lo único que nos dejó mal sabor de boca sería que nuestro colega José Cossio no tuviera la suerte de poder disfrutar de una captura en sus propias carnes, aunque no dudo ni un poquito que en breve podré compartir algún momento suyo con todos ustedes.
Una vez más gracias por dedicar vuestro tiempo a estas historietas, estas que nos mantienen estancados en el tiempo a la espera de que estas mozas vuelvan a dar la cara y a protagonizar nuestras jornadas de pesca.
Un saludo y buena pesca.
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