
De nuevo un fin de semana más, preparando una salida más, y con más ganas de salir a echar un rato, con el chip cambiado la jornada estaba preparada, esta vez en busca de robalos, bailas y sargos, además de que se quisiese dar.
En esta ocasión todo parecía indicar que las temperaturas no bajarían demasiado, y esto fue lo que me animó a salir de noche, ya que no soy muy bueno aguantando las noches. En esta ocasión se apuntaría a la salida Javier Guzmán con su hijo Álvaro, todo un fiebre de esta afición, que acompaña a su padre a todas y cada una de las excursiones que realiza.
Quedamos en las cercanías del campo de futbol del glorioso Betis y tras fletar el coche de Javi, salimos a donde el viento nos llevase, ¿Qué pasaría?, eso no lo sabía nadie, es más así es mucho mejor.
En un par de horas estábamos en el pesquero, tras hacer una paradiña de rigor, en otra playa más cercana, para ver cómo estaba el panorama. Las aguas estaban preciosas, fuertes, espumosas y con un rebalaje bastante largo.
La verdad es que todo pintaba estupendo, así que nos decidimos a montar tras bajarnos y echar un ojo al pesquero, el cual le gustó bastante a Javier. Montamos el equipo mientras nos anochecía cuando recibimos la visita de José, un amigacho, también aficionado a esto de la pesca.
La noche estaba buenísima, pero no parecía haber mucha actividad, al llegar media marea, quité el choco a una de las cañas y empecé a pescar con gusano y rápidamente empecé a clavar algunos peces, herreras, sargos, bailas………tomaban los gusanos sin problemas. Alvarillo parecía impaciente por que no estaba pillando peces, y su afán era pescar algo como fuese, así que insistía constantemente.
Pero de Robalos nada de nada, así fueron pasando las horas y ya a las dos de la mañana nos entró la morriña e hicimos el cascabullo, Javi y Alvarillo se metieron en la tiendecilla de campaña que traían y un servidor hizo lo propio bajo el paraguas con cortavientos que había montado. Me acople en la butaca, me eché la manta térmica por encima y a contar lubinitas!!!
Llegando las 6 de la mañana, el frío empezó a apretar, la manta térmica, ya se notaba bastante fría y justo antes de amanecer pegué unos cuantos tiritones, que hicieron que me acurrucase como una oruga en el butacón.
Poco después Javi y Álvaro dejaron el cobijo de la tienda, y empezaron a preparar de nuevo las cañas, poco después se animó un servidor y abandoné el paraguas para empezar a preparas las cañas y echar un ratito mañanero antes de volvernos.
Así pues cuando lancé la primera de las cañas y me disponía ir por la segunda, Javier me dio una voz y me comentó que tenía una buena pieza enganchada. Rápidamente Álvaro y yo, nos acercamos y efectivamente el pez le estaba dando una bonita lucha. Javier tras pasar un ratillo, tenía al pez en el rebalaje, a escasos metros de la arena seca, y en varios cabezazos y carreras, el pez terminó de cansarse.
De este modo, descansaría en la arena un bonito robalo, una merecida recompensa por la noche que habíamos pasado solos en la playa, y un bonito premio para Javier que se había levantado bien tempranito para coger las primeras luces del alba. Así que amigos dar de nuevo la enhorabuena a Javi, por esa preciosa captura que fue la que hizo que la excursión mereciese la pena!!!!
Un precioso robalo que nos alegró la mañana, siendo este el único pez que saldría, por esto Álvaro y un servidor, lo celebramos comiéndonos un buen bocata de Jamón, al menos habíamos visto la cara de una bonita loba de mar!!!
Un saludo y buena pesca!!!
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